miércoles, 31 de agosto de 2011

CANCIÓN DE FEDERICO GARCÍA LORCA.

El lagarto está llorando. / La lagarta está llorando.     
/ El lagarto y la lagarta / con delantitos blancos.             
Han perdido sin querer / su anillito de desposados.
Ay, su anillito de plomo, / ay, su anillito plomado.

Un cielo grande y sin gente / monta en su globo los pajaros.
El sol, capitán redondo, / lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son! / ¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, ay, cómo lloran y lloran! / ¡Ay, ay, cómo están llorando!


viernes, 26 de agosto de 2011

PUERTA DE LA ALPUJARRA.




Orgullo de mi nación / son sus curativas aguas /y es puerta de la Alpujarra / la villa de Lanjarón . / Allí, medio derruido, / se yergue orgulloso y sencillo / un torreón del castillo / por los moros construido,/ que vigila ( santo y seña ) / un Valle que se despeña / camino de Salobreña / sobre lavega de un río. / En ella hallarás la paz, / y a una gente encantadora / que te ofrece, acogedora, / buen beber y buen yante. / Si allí con todo el que por ella pasa / se portan como conmigo, / le harán sentirse en su casa, diciendo adios a un amigo.



viernes, 19 de agosto de 2011

ORIENTAL. JOSÉ ZORRILLA

Corriendo van por la vega / a las puertas de Granada / hasta cuarenta gomeres / y el capitán que los manda./ Al entrar en la ciudad,/ parando su yegua blanca,/ le dijo éste a una mujer / que entre sus brazos lloraba: / -Empuja el llanto cristiana/no me atormentes así,/que  tengo yo, mi sultana,/un nuevo Edén para ti./Tengo un palacio en Granada,/tengo jadines y flores,/ tengo una fuente dorada / con más de cien surtidores. / Y en la vega del Genil / tengo parda fortaleza, / que sera reina entre mil / cuando encierre tu belleza. / Y sobre toda una orilla / extiendo mí señorío ; / ni en Córdoba ni en Sevilla / hay un parque como el mío. / Allí la altiva palmera / y el encendido granado, / junto a la frondosa higuera, / cubren el valle collado. / Allí el robusto nogal, / allí el nópalo amarillo, / allí en el sombrío moral / crecen al pie del castillo. / Y olmos tengo en mi alameda / que hasta el cielo se levantan, y en redes de plata y seda / tengo pajaros que cantan. / Yo tedareGrecia te traeré velos / y de Cache mira chales. / Y te traeré blancas plumas /para que adornen tu frente, / más blanca que las espumas / de nuestros mares de oriente.-¿ Que me valen tus riquezas / -respondiole la cristiana-/si me quitas a mi padre, /mis amigos y mis damas ? / Vuélveme vuélveme, moro, / a mi padre y a mi patria / que mis torres de León / valen más que tu Granada. / Escuchola en paz el moro, / y manoseando su barba, / dijo como quien medita, /en la mejilla una lágrima: / -Si tus castillos mejore / que nuestros jardines son, / y son más bellas tus flores, / por ser tullas en León, / y tú diste tus amores / a algunos de tus guerreros, / hurí del Edén, no llores; / Vete con tus caballeros. / Y, dándole su caballo / y la mitad de su guardia, / el capitán de los moros / volvió en silencio la espalda. 
 

jueves, 4 de agosto de 2011

SONETO A CÓRDOBA.DE LUIS DE GÓNGORA


¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles ya que no doradas!

¡Oh pérfil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre gloriosa patria mía,

Tanto por plumas cuanto por espadas!

Si entre aquellas ruinas y despojos
Que enriquece Genil y Dauro baña
Tu memoria no fuera alimento mío


Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡ho patria, oh flor de España!



martes, 2 de agosto de 2011

EL RÍO GENIL DE INMACULADA BAENA VARGAS

-Soy un río alegre y contento,
me llamo Genil
                                -Yo soy el río                       Guadalquivir                                  
y sólo pienso en vivir.
-Yo empiezo a correr,
dice el río Genil,
y al pasar por la vega
                           lento e de ir
                                                   Yo atravesaré el valle
                                                 y te esperaré allí
                                            pues iré muy aprisa,
       dice el Guadalquivir