llena arqueros finos.
Sevilla para herir
Córdoba para morir.
Una ciudad que acecha
largos ritmos,
y los enrosca
como laberintos.
Como tallos de parra
encendidos.
¡Sevilla para herir!
Bajo el arco del cielo,
sobre su llano limpio,
dispara la constante
saeta de su río.
¡Córdoba para morir!
Y Loca de horizonte ,
mezcla en su vino,
lo amargo de Don Juan
y lo perfecto de Dianisio.
Sevilla para herir.
¡Siempre Sevilla para herir.